martes, 29 de abril de 2014

RELATO GAÑADOR DE 2º ESO

Sara, cos seus premios
La gota que colma el vaso

Año del Señor de 1627, relato del interrogatorio al hidalgo Núñez de Fonseca, doctor en medicina, situado en las celdas de la Santa Inquisición en la muy noble y leal ciudad de Toledo...

El pálpito comenzó a acelerar, un torbellino que atrapa el tiempo que me queda de vida, el terror y el pánico son mis compañeros. Cada gota que aterrizaba como un amargo suspiro sobre mi cabeza, iba desvaneciendo todas las oportunidades que me habían ofrecido para cambiar el rumbo. Mis ojos, pidiendo a gritos un socorro, dejaban pasar a través de la mirada, emociones sentidas en pocos instantes.

La locura me consumiría por dentro y no tendría la suficiente fortaleza para lograr escapar de este amargo sufrimiento que me corroía en mi interior y poco a poco iba cayendo en una honda desesperación. Y, a su vez, cada posibilidad de escapar la comparaba con la luz cegadora que me despertaba las mañanas de verano.

La grandiosidad del universo era poca comparada con aquella gota, tan insignificante para algunos, que iba haciendo de mi dolor, un gran manto negro que poco a poco iba cubriendo lo que me quedaba de aquellos momentos en los que me sentía alguien.

Esos momentos en los que, con tan solo un gesto, expresaba el odio que sentía por esos que no valoraban su suerte, que todo les parecía poco, que tenían el corazón hueco, sin expresión, sin vida, sin una luz que lo iluminara.

Mi interior me decía que valía, pero los hechos no estaban de acuerdo, demostraban lo contrario.

El cerebro es todo un laberinto por el que las ideas buscan tener un nombre, y el mayor tesoro es la propia virtud, aunque muchos carezcan de ella.

Todas aquellas ideas que son como un armario con las puertas abiertas, un jarrón roto o tan solo una pequeña hormiga en el universo, que si te paras a pensar en ello, descubrirás la parte oculta de tu interior, todo se irá como lágrimas en la lluvia.

El agua lo es todo, la sangre tiene agua, los mares también, hasta mi situación requiere del agua para ser conseguida con efecto. A veces, la gente no le da la importancia que tiene, pero a todos nos gusta llegar de un exhausto día y con tan solo dar unos pasos, encontrarnos una fuente. No se puede comparar con nada, es única. O no recordáis todos esos momentos de la infancia en los que jugamos en los prados y saltamos en los charcos.

Aunque mi imagen se transmite desde una carátula tapada por una mancha, creo que cada sonido que oigo en mi interior es un reflejo de la culpable gota de agua.  

Sara Sánchez Varela, 2 ESO B

No hay comentarios:

Publicar un comentario